Tercero Arriba: El Departamento con la tasa de suicidios más alta de Córdoba

 

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SALUD MENTAL / TERCERO ARRIBA / Río Tercero. Una sombra de preocupación se cierne sobre el departamento Tercero Arriba, hogar de ciudades como Río Tercero, al revelarse que ostenta la tasa de suicidios más alta de toda la provincia de Córdoba.

Los datos, provenientes del «Informe semestral de hechos presuntamente delictivos, muertes viales y suicidios» de COPEC, muestran una realidad alarmante: el departamento registró 128 suicidios cada 100.000 habitantes durante el primer semestre de 2025..

Esta cifra no solo coloca a Tercero Arriba a la cabeza de la lista, sino que supera a otros departamentos significativamente poblados de la provincia. Le siguen en el ranking Calamuchita (101) y Río Primero (88).

 

 

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Un Foco de Alerta en la Salud Mental

En total, se registraron 16 suicidios en Tercero Arriba en los primeros seis meses del año.Esta elevada tasa enciende una luz de alarma respecto a las condiciones de salud mental en la región.

Si bien el departamento se mantiene con bajas tasas de otros delitos violentos como homicidios dolosos (0,8 por cada 100.000 habitantes), la estadística de suicidios lo ubica en una crisis silenciosa que requiere atención urgente.

 

 

A nivel provincial, el panorama no es mucho más lento. El informe de COPEC detalla que los suicidios se registraron en casi todos los departamentos (23 en total). Además, la tasa provincial de suicidios creció, ubicándose en 4,4 por cada 100.000 habitantes en el primer semestre de 2025, superando la del mismo período del año anterior (4,1).

 

 

 

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Perfil de las Víctimas a Nivel Provincial

Los datos a nivel de toda la provincia de Córdoba muestran un patrón preocupante en los 174 casos de suicidios registrados:

  • La mayoría son de sexo masculino, representando el 78% de los casos.
  • El grupo etario más afectado es el de 25 a 44 años, que concentra el 42% de todos los casos, con 73 víctimas.
  • Los menores de edad representan el 6% de las víctimas.

 

 

La alta incidencia de suicidios en Tercero Arriba exige una respuesta inmediata que incluya la intensificación de las redes de apoyo y la visibilización de los recursos de asistencia en salud mental.


🚨 Líneas de Ayuda y Orientación en Salud Mental

Si usted o alguien que conoce está atravesando una crisis, no está solo/a. Puede buscar ayuda en las siguientes líneas:

  • En Córdoba: 0800-888-5555 y 0351-426-5755.
  • En todo el país: 0800-999-0091.

 

 

 

OPINIÓN / POR JUSTO DAGORRET

Esta cifra no es un mero dato técnico para llenar un gráfico; es la manifestación más cruda y trágica de un fallo sistémico en la red de contención social y de salud mental de la región. Dieciséis vidas perdidas en seis meses, representadas en una tasa que pulverizan las de cualquier otro departamento, son un grito de auxilio que no puede ser acallado por la burocracia ni diluido en comunicados tibios.

El contraste es, además, inquietante. Tercero Arriba se jacta de tener una de las tasas de homicidios más bajas de la provincia (0,8 cada 100.000 habitantes). Si la seguridad pública se mide por la violencia «hacia afuera», el departamento parece estar en orden.

 

 

Pero la verdadera inseguridad, la que mata desde dentro, se dispara sin control. Es un espejo quebrado: ¿de qué sirve una baja tasa de homicidios si la tasa de autoeliminación es la más alta? Esto sugiere que la atención se ha concentrado en el delito visible, descuidando la emergencia de salud mental que evidentemente está diezmando a su población.

 

 

La realidad es que el suicidio, aunque registrado en 23 departamentos de la provincia, sigue siendo un tema tabú, una estadística que se gestiona con pinzas y se omite en la agenda prioritaria. La tendencia provincial es preocupante: mientras la tasa de robos y hurtos disminuyó, las tasas de muertes viales y suicidios crecieron en comparación con el primer semestre de 2024. Esto indica una clara reorientación de la crisis social: pasamos de la delincuencia a la desesperación.

 

 

Se requieren programas de prevención focalizados, accesibilidad real a centros de escucha, y un fortalecimiento urgente de la atención psicológica y psiquiátrica. No es suficiente con pegar un cartel con un número de teléfono (como los que se detallan en el propio informe); se necesita una política de estado que aborde las causas estructurales: la soledad, la precariedad económica, la falta de expectativas y el estigma.

 

 

Que Tercero Arriba sea el epicentro de esta tragedia es una vergüenza que nos interpela a todos. Dejar este número en el olvido es una complicidad; es aceptar que el dolor invisible de la gente no vale lo mismo que un titular de inseguridad. Es hora de dejar el silencio y actuar, antes de que el 128 se convierta en una cicatriz imborrable para el departamento.

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