Editorial: La Sucesión en Almafuerte: Dagum: las tres cartas a la vista

Por Justo Dagorret
El escenario político en Almafuerte comienza a dibujar sus líneas de sucesión con una claridad inusual, marcando el inicio de un proceso de recambio que culminará en las elecciones de 2027, cuando el actual intendente, Rubén Dagum, deje su sillón. La transición no solo implica un cambio de nombres, sino también la confirmación de una filosofía de liderazgo que busca la continuidad dentro del «palo» oficialista.
La propia voz del intendente Dagum ha puesto el foco en la necesidad de que su sucesor sea un dirigente «capacitado» y que provenga de la cantera, una declaración que, más allá de ser un llamado a la idoneidad, funciona como un filtro implícito para la futura contienda interna. Este requisito de pertenecer al círculo íntimo y mostrar capacidad de gestión reduce el campo de juego y da peso a la experiencia acumulada en la actual administración.
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En esta línea de pensamiento, la mesa de la sucesión ya tiene tres contendientes principales que, «a priori», se perfilan para intentar llegar a la intendencia:
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Máximo Brizuela, el vínculo institucional: Brizuela es el político, que ayudó en sus inicios para el ascenso de la figura d Dagum. La aparición de Brizuela añade una dimensión de diálogo y experiencia al panorama.
Su vasta trayectoria en los vínculos institucionales le otorga un perfil de negociador y articulador, cualidades esenciales en un contexto político complejo. Se presenta como un dirigente capaz de tender puentes, un atributo muy valorado para la gobernabilidad futura.
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Federico Bonisconti, el hombre de la gestión: como actual Jefe de Gabinete, Bonisconti ocupa una posición estratégica que le permite controlar y aparecer en las decisiones clave del gobierno.
Su estrategia de mostrarse visiblemente en las fotos oficiales es una señal clara de que está construyendo su imagen como el candidato natural de la gestión, buscando capitalizar los logros de la administración saliente. Por su rol, deberá sortear con cintura política sus pretenciones.
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Leo Kopp, la persistencia y el territorio: Al frente del área de Turismo, Kopp representa la figura que ya conoce el camino electoral, habiendo intentado su candidatura en la elección donde Dagum obtuvo la victoria.
Su conocimiento del territorio y su persistencia lo posicionan como un actor relevante, capaz de movilizar bases y de tener una visión clara sobre el potencial de la ciudad a través de una de sus principales actividades económicas.
Su principal capital político es ser conocedor de las necesidades de las instituciones y de los vecinos.
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Las cartas están sobre la mesa. Aunque los movimientos se manejan aún «off the record», las ambiciones de Bonisconti, Kopp y Brizuela ya son un secreto a voces en los pasillos de Almafuerte.
La exigencia de Dagum de un sucesor «del palo» y «capacitado» legitima, al menos de inicio, a estos tres nombres, pero también augura una puja interna intensa y necesaria.
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La ciudadanía de Almafuerte observará atentamente no solo quién se queda con el beneplácito del actual intendente, sino quién de los tres demuestra la mayor capacidad no solo de gestión, sino de convocar a un proyecto que trascienda la mera continuidad.
El desafío para estos dirigentes no será solo mostrarse capaces, sino distinguirse entre sí y ofrecer una visión renovada que convenza a los votantes de que son la mejor opción para liderar la próxima etapa de la ciudad.
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