Puente Negro: la alerta automática y la responsabilidad social ante la crisis de salud mental en Río Tercero

El Puente Negro tiene unos cincuenta metros de altura. Hay un pedido a la NCA para clausurar el lugar, ya que hace más de 30 años que el puente no es utilizado por los ferrocarriles
SALUD MENTAL / RÍO TERCERO
Río Tercero, 19 de noviembre de 2025. En una ciudad marcada por recientes episodios vinculados a la salud mental en zonas de riesgo, la Municipalidad de Río Tercero, a través de su área de Seguridad, ha reforzado los protocolos de vigilancia y respuesta en puntos críticos, como el sector conocido como Puente Negro. Este lugar se utiliza tanto para esparcimiento como para intentos autolíticos, exigiendo una respuesta inmediata y humanizada de los funcionarios públicos.
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«Debo aclarar, que este tema, en particular, fue abordado del aspecto meramente humano y resguardando los años de amistad con el entrevistado, con un ánimo de preocupación, pero ocupado y con cierto sentimiento de tristeza en su cara que se refleja en el funcionario y es el espejo de todas las personas que participan en las emergencias de suicidios».
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«Tenemos todo un sistema de monitoreo. En el centro nuestro, donde está el personal trabajando y alertando todo tipo de situación, ya tenemos en forma automática donde nos avisa dónde tenemos gente en el sector.
El sistema de seguridad implementado en el Puente Negro opera de forma ininterrumpida, 24 horas al día, 365 días al año, utilizando tecnología avanzada para la detección y prevención de riesgos», relata el funcionario.
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Tecnología y vigilancia activa las 24 Horas
Monitoreo Inteligente: La zona está cubierta por una red de más de 330 cámaras activas en toda la ciudad, con un foco especial en este sector. El sistema incluye una cámara general que proporciona un panorama completo del área de ingreso al puente.
Detección Térmica: Se utiliza una cámara térmica que opera eficientemente en la noche, superando la oscuridad total. Esta cámara detecta la presencia de personas (o animales) a través de la temperatura corporal, lo que permite una identificación inmediata del riesgo.

Alerta Automática: Al detectarse el ingreso a una zona considerada peligrosa, el sistema activa altavoces que emiten un mensaje advirtiendo que es una zona de riesgo y solicitando a la persona que no se acerca.
Respuesta Coordinada: Esta alerta automática se transmite simultáneamente a la base de operaciones, activando el envío inmediato del primer móvil de respuesta, que puede ser la Guardia Urbana, Tránsito o Defensa Civil. La rápida movilización se realiza en base al análisis de la situación para determinar si se requiere la activación de un protocolo especializado.
El impacto oculto en el personal de emergencias

«Los funcionarios de Seguridad, bomberos, policías y rescatistas que responden a estas emergencias de salud mental se enfrentan a un gran desgaste mental y emocional. El trabajo exige una preparación exhaustiva, no solo para gestionar el riesgo del individuo en crisis, sino también para garantizar su propia seguridad en ambientes peligrosos como los precipicios cercanos al puente», plantea Canuto.
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Tensión Aguda: El abordaje de los intentos de suicidio es una modalidad crítica que ha crecido significativamente en los últimos años, generando una gran concentración y un desgaste psicológico en el personal.
Protocolo de Diálogo: El manejo de estas situaciones requiere de mediadores y personal especializado del ÉTER , quienes deben utilizar un tratamiento muy especial y cuidar el lenguaje para no potenciar la desesperación y lograr la contención de la persona.
Humanidad y Contención: Además del protocolo de rescate, el personal debe abordar la parte humana de la crisis, incluyendo la contención a la familia y el propio individuo, lo que se suma al estrés operativo.

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El intendente le pide a la Justicia de qué muere la gente. No hay un muestro, es como pescar a ciegas…
Lo que tal vez no tengamos sí, no tenemos un volumen todavía para sacar estadísticamente. Hemos tenido reunión nosotros con la gente de la Justicia, que estuvo presente el intendente, donde justamente pedimos esta situación: que se analice caso por caso, que no se dé por finalizado el expediente como una cuestión de defunción, sino decir: a ver, ¿por qué vino? Analizar el entorno familiar, cuáles son las problemáticas, etc.
Basándose en eso, sin lugar a dudas que esto va a terminar y se va a desenvolver en tener realmente datos estadísticos. Hay otra cuestión de fondo que tenemos que ir trabajándola, donde ahora sí veo que hay muchos compromisos, y te hablo de la Justicia, de la Policía, del propio Hospital Provincial, que hay que destacar que ahora cada informe o cada persona que se lo lleva, se lo trata, se lo analiza y se comunica al área de Salud de la Municipalidad. Ahí sí se ve el entorno familiar, se pone a disposición herramientas, para tratar de sanar esa situación.
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La necesidad de análisis y resguardo de la víctima

Petición de Análisis Judicial: Existe un llamado a la Justicia para que se analice caso por caso la desaparición, evaluando el entorno familiar y las problemáticas subyacentes, y no solo limitarse a una constatación de fallecimiento.
Abordaje Integral y Post-Crisis: Hoy se observa un mayor compromiso interinstitucional . Cuando una persona es rescatada, se la traslada al Hospital Provincial donde es tratada y analizada. El caso se comunica al área de Salud de la Municipalidad para que se evalúe el entorno familiar y se pongan a disposición las herramientas de apoyo necesarias para sanear la situación.
Resguardo de la Identidad: Un factor fundamental para fomentar la búsqueda de ayuda es la confidencialidad. Se garantiza el resguardo total de la identidad y la problemática de las personas que atraviesan una crisis, asegurando que los casos sean tratados como anónimos e individuos para que la sociedad no tema acercarse a un centro de salud oa las autoridades.

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La ciudad de Río Tercero enfrenta esta compleja realidad con un compromiso multisectorial, buscando no solo responder a la emergencia, sino también comprender y mitigar las raíces de la crisis de salud mental que, como se subraya, no es exclusiva de la localidad, sino un fenómeno global.
Finalmente, Miguel Canuto cerró la nota periodística: «Vale aclararlo. Esto es, y también me han hablado gente que trabaja en un grupo de Alcohólicos Anónimos, donde jamás vas a saber, eso se cubre muy, muy la identidad y la problemática de la persona. Es otra de las cuestiones que también se forma todo un entorno en el lugar donde paran los curiosos, donde miran. Y después tememos hasta esas situaciones, de decir, a ver, el que está manifestando un problema, ve todas estas cuestiones y dice: ¿Cómo vuelvo, cómo salgo de esto? . Esto que tendrán total tranquilidad, jamás, y esto quiero agradecerle a ustedes, a los periodistas, se ha filtrado un nombre».
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NOTA DE OPINIÓN / POR JUSTO DAGORRET / EN ALGO HAY QUE CREER
La sociedad de Río Tercero, como muchas otras comunidades modernas, enfrenta desafíos complejos que a menudo se manifiestan en crisis sociales y de salud mental. Si bien los esfuerzos institucionales se enfocan con acierto en protocolos de emergencia y vigilancia, como se ha visto recientemente, es crucial elevar la mirada hacia la prevención profunda y la formación de la persona desde la base.
Existe una carencia significativa que merece ser debatida: la ausencia de una base espiritual o religiosa en la temprana edad de nuestros niños y niñas (aproximadamente entre 6 y 11 años). Esta falta no debe interpretarse como un llamado al adoctrinamiento, sino como una preocupación por la ausencia de herramientas internas y trascendentales que son históricamente esenciales para el desarrollo integral y la resiliencia humana.
La formación espiritual o religiosa en la niñez, independientemente de la fe específica, cumple funciones insustituibles en la construcción del ser que luego enfrentará las adversidades de la adolescencia y la adultez:
- Sentido de pertenencia y comunidad: Las instituciones religiosas o los espacios de formación espiritual proporcionan una comunidad de apoyo sólida que trasciende lo familiar y lo escolar. En un mundo donde los conflictos familiares y la soledad digital son frecuentes, un niño con una base espiritual encuentra un refugio y un marco de valores compartidos.
- Marco ético y moral: La enseñanza de principios universales como la compasión, el servicio, el perdón y el respeto —propios de cualquier tradición espiritual— sienta las bases de un sólido andamiaje ético. Este marco ofrece una brújula interna para la toma de decisiones, previniendo conductas de riesgo y mejorando la convivencia.
- Herramientas para la trascendencia: El concepto de un «más allá» o de un propósito mayor (trascendencia) brinda a los niños la capacidad de poner sus propios problemas en perspectiva. En la crisis de la vida o ante el dolor, la fe ofrece un mecanismo de esperanza y un sentido que va más allá de la mera satisfacción material o el éxito individual. Esta es una fuente de resiliencia clave contra el nihilismo y la desesperación.
- Gestión de la Adversidad: La fe enseña a lidiar con la incertidumbre y el sufrimiento inherente a la vida. Cuando se carece de esta base, las crisis personales o el «desgaste mental» del que tanto se habla, pueden sentirse como un callejón sin salida, tal como lo describen los rescatistas que atienden los casos de crisis más agudas.
No se trata de imponer una creencia, sino de reconocer que la ausencia de un componente trascendental deja a la niñez desarmada frente a la complejidad de la vida. Dotar a los niños de una base espiritual sólida no es una opción, sino una inversión social en la salud mental y la resiliencia de la futura generación de Río Tercero.


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