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Río Tercero, Córdoba – La clasificación de Talleres de Berrotarán a semifinales es ahora un detalle menor. El foco del fútbol regional se ha desviado por completo a la escandalosa denuncia presentada por el jugador de Talleres, Pablo Romero, que no solo revela una agresión cobarde dentro de los vestuarios, sino un posterior ataque de película de terror en la calle.

El señalado es el entrenador de Atlético Independiente de Hernando, Issac Palacio. Según el testimonio policial, no se trata de un simple insulto o un empujón post-partido; se lo acusa de haber arrojado una camilla de madera contra el jugador Fausto Acevedo en el vestuario visitante, provocándole lesiones. Este incidente, de confirmarse, cruza una línea inadmisible para cualquier autoridad deportiva.

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La peligrosa caza urbana

Pero el bochorno no terminó en el vestuario. La denuncia escala a niveles de extrema gravedad al relatar cómo el vehículo de Romero, que trasladaba a los jugadores lesionados, fue interceptado y atacado en plena vía pública. Cuatro individuos en dos motocicletas se convirtieron en perseguidores, culminando con el lanzamiento de una piedra que destruyó la luneta y provocó una herida cortante en la frente de Mateo Quinteros.

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DENUNCIA POLICIAL. Pablo Romero expresó en sede policlal de Hernando que tras retirarse del predio, se dirigió en su automóvil Ford AC 092 AJ junto a Acevedo, Maximiliano Roldán y Mateo Quinteros.  Cuando circulaba por Bv. Moreno, casi Saavedra, fueron alcanzados por dos motocicletas con dos ocupantes cada una. Detuvieron la marcha para acomodar elementos en el baúl y, en ese momento, desde una de las motos —una Rouser de color gris o negra— el acompañante arrojó una piedra que destruyó por completo la luneta trasera e impactó luego en el interior del vehículo, provocando una herida cortante en la frente de Quinteros, quien iba en el asiento trasero.

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«Un DT es formador y debe ser ejemplo, no un instigador de la violencia. La Liga está obligada a cortar este cáncer de raíz».

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La pregunta que resuena en toda la Liga es inevitable: ¿Hay un vínculo directo entre los incidentes del vestuario y este ataque de vandalismo y violencia urbana? Si bien los agresores en la calle aún no están identificados, la secuencia de hechos —comenzando con la agresión del DT en el vestuario y continuando a pocos metros del predio— arroja una sombra de sospecha intolerable sobre el entorno de Atlético Independiente.

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¿Dónde están los dirigentes?

El clima es de indignación y preocupación. La Liga Regional de Fútbol no puede permitirse que la pasión termine en un quirófano o en una comisaría. El Reglamento de Transgresiones y Penas debe actuar con la máxima severidad.

¿Qué sanción merece un director técnico acusado de agredir físicamente a un rival con un objeto contundente? ¿Qué medidas se tomarán contra el club Atlético Independiente, cuyos jugadores y cuerpo técnico son señalados por iniciar los disturbios en su propio predio?

Este no es un incidente aislado, sino un reflejo preocupante de la falta de control. El Tribunal de Disciplina tiene la obligación de sentar un precedente claro. El futuro inmediato del entrenador Issac Palacio, y posiblemente la reputación institucional de Independiente de Hernando, penden de un hilo. El fútbol regional espera un castigo ejemplar que ponga un freno definitivo a la barbarie.

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Análisis Polémico: El aspecto más grave y complejo es el ataque al vehículo en la calle, que lesionó a Mateo Quinteros y causó daños materiales.

Un reciente fallo judicial (no deportivo) establece que un club de fútbol debe indemnizar el daño sufrido en las inmediaciones del estadio a causa del accionar de la hinchada o allegados, lo que podría exponer a Independiente a demandas civiles.

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Sanciones a Jugadores

Si se identifican a otros jugadores de Independiente involucrados en la provocación o disturbios en el vestuario, también podrían recibir suspensiones.

• Suspensión a Jugadores: Rango de 3 a 20 partidos por conducta violenta o agresión (según la normativa del Consejo Federal).

La Liga tiene antecedentes de aplicar sanciones durísimas en el fútbol regional por agresiones. Equipos del Torneo Regional Amateur han sido castigados con un año de inhabilitación de su estadio y sus jugadores con suspensiones por una temporada completa por agredir a árbitros.

Aunque aquí la agresión es a un rival (y fuera del campo en parte), la violencia con objeto y las lesiones lo colocan en el escalón más alto de las faltas.

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