«La trampa del régimen simplificado: Por qué los expertos advierten que el ‘blindaje’ fiscal podría costarle caro a algunos contribuyentes»


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ACTUALIDAD/ ECONOMÍA/ Esta medida, que forma parte de la reforma tributaria impulsada por el Gobierno a finales de 2025, busca seducir a los monotributistas para que se inscriban en un esquema intermedio antes de dar el salto al Régimen General (Autónomos). Sin embargo, bajo el lema de la «Inocencia Fiscal», se esconde un análisis de costos que los contadores consideran fundamental.
El concepto de «Inocencia Fiscal» refiere a que, al adherirse a este Régimen Simplificado de Ganancias, el contribuyente queda eximido de fiscalizaciones retroactivas sobre el origen de sus fondos.
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El fisco nacional garantiza que no se realizarán ajustes por declaraciones anteriores de IVA o Ganancias siempre que el contribuyente se mantenga dentro de los parámetros de este nuevo sistema.
Es, en la práctica, un «tapón fiscal» para quienes temen que el crecimiento de su facturación dispare alarmas en la AFIP.
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¿A quiénes les CONVIENE adherirse?
El régimen está diseñado para un grupo específico de la «clase media» de contribuyentes:
Categorías H en adelante: Aquellos que están en el límite de quedar excluidos del Monotributo y pasar al Régimen General. El salto a Autónomos suele implicar una carga impositiva un 300% más alta; este régimen intermedio suaviza ese impacto.
Prestadores de Servicios con bajos gastos: Profesionales (abogados, contadores, ingenieros) que no tienen insumos que deducir. Como no pueden descargar IVA por compras, este régimen de alícuota fija les resulta más barato que liquidar Ganancias de forma tradicional.
Quienes buscan previsibilidad: Contribuyentes que prefieren pagar una cuota fija mensual unificada en lugar de realizar presentaciones juradas anuales complejas.
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¿Quiénes deberían EVITARLO? (Las advertencias de los contadores)
Los expertos advierten que «lo simple no siempre es barato»:
Categorías bajas (A a E): Para un monotributista pequeño, el costo de este régimen es significativamente mayor a la cuota actual del Monotributo. No hay beneficio real en pagar un extra por un «blindaje» si sus movimientos bancarios son bajos.
Comerciantes con alta rotación y poco margen: Si el contribuyente vende productos con poco margen de ganancia pero mucha facturación, el Régimen Simplificado (que suele cobrar sobre facturación bruta) puede terminar «comiéndose» su rentabilidad. En estos casos, les conviene el Régimen General para poder deducir todos los gastos operativos.
Quienes tienen cargas de familia: El régimen simplificado no suele permitir deducciones por hijos, cónyuge o gastos médicos. Un contribuyente con muchas deducciones personales podría terminar pagando Cero en el Régimen General, mientras que en el Simplificado pagaría una cuota fija obligatoria.
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La variable clave: La factura electrónica
El Gobierno utiliza este régimen como una herramienta de formalización. La condición para mantener el «blindaje» es la emisión del 100% de las facturas de forma electrónica y la aceptación de pagos bancarizados. Cualquier desvío detectado anula la «inocencia fiscal» y permite a la AFIP reclamar impuestos por los últimos 5 años.
En resumen: Es una herramienta excelente para el profesional que está «sobrado» en el monotributo y quiere evitar el dolor de cabeza de ser Autónomo, pero es una trampa de costos para el pequeño comerciante o quien tiene muchos gastos deducibles.
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